Mira el piso, es horrible, se ve horrible, tantas colillas juntas, me pregunto si las habrá fumado la misma persona, imagínate, cómo estarán los dientes de esa persona. Yo también fumo, pero no es para tanto, me hice limpieza general en el dentista, me quedo dormida en el dentista, nose por qué me relaja, veo la jerínga y me asusto, pero el pinchazo no, es como un placer raro, duele, pero es placentero, las manos de los dentístas son bellas, pero al final sabes que son los guantes los suaves y uno crea una ficción de esa mano, que uno encuentra bella, por que el latex lo cubre, y quizás su mano sea calloza. Las manos de los pianistas son suaves, yo he sentido la mano del que toca un piano y es tersa, porque él no se puede permitir tener la mano descuidada y las teclas del piano son suaves, no cómo la baqueta de un percusionísta que hace que en sus manos salgan callos duros, yo he visto callos duros de un percusionísta, me pregunto cómo serán las llemas de los dedos de un violinista o un chelista o un contrabajísta o un arpísta, nunca he visto ni sentido esas. Y ahora miro mis manos y estan heladas, no son duras, ni callosas y mis llemas están bien, sólo que mis uñas nunca han podido crecer más de unos milímetros, por que me las como, los padrastros de mis dedos son morenos. Nunca he podido saber por qué le a llaman así “Padrástros”, es como si no fueran de tu cuerpo, de tu sangre, ajenos, los míos son diferente en en tonalidad al resto del dedo y de la mano, quizá por eso les llamen así, por que si fueran los padres de cada dedo, serían diferentes, sus hijos no se parecen a ellos, entonces les llaman padrastros por eso, por que cuando un hijo no se parece al padre dicen que pareciera que no fuera hijo de sangre. La herencia se mete hasta en los dedos.
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