"sMs"

A veces un simple mensaje de texto con una frase divertida, te puede sacar de la pena, o de la melancolía, porque te recuerda que a veces las cosas son más simples de lo que parecen, que uno es capaz de dar vuelta las cosas para bien, así como un partido de fútbol, en cinco minutos mete un gol un equipo y desempata, y de un minuto a otro también te das cuenta que la pena no era tan grave. Y es que pienso en que en eso radica el crecimiento, en no quedarse pegado en el mismo concepto de lo que te está produciendo la pena, de no cerrarse a la tan manoseada, pero no menos fuerte, frase "todo se pasa", por que al paso del tiempo me doy cuenta que si, que las cosas se pasan, y es uno el único capaz de hacer que eso suceda, dejar ir, que no tiene que ver con olvidar, sino más bien con poner la atención en las cosas que son más importantes en la vida, a veces he perdido tiempo tratando de volver atrás y me doy cuenta que eso es lo único imposible de lograr, volver atrás, las parejas que terminan, a veces vuelven, vuelves a escuchar la misma canción, puedes repetirte la película que es tu favorita, pero nunca, nunca vuelve a ser lo que fue, y no hay en eso nada malo, desde hace un tiempo me ha estado rondando un conjunto de viñetas de una novela gráfica ("Asterios Polyp" de David Mazzucchelli) en donde define el recuerdo no como una repetición, sino como una recreación, donde cada vez que lo evocas, vas sumando detalles más detalles y así cada vez va siendo diferente, único, mas grande, mas tuyo, mas hermoso también. Y qué pasa cuando te vuelves a encontrar con alguien o algo que fue importante en tu pasado, nadie sabe, sólo tu y ese presente saben qué es lo que realmente va a pasar al volver a estar de frente; uno fabula miles de respuestas y casi siempre todo es diferente, y lo mejor es que te sorprende, no temer a sorprenderse y a sorprender, no temer a estar frente al vacío, creo desde el corazón, que siempre hay algo que te hace sonreír una y otra vez, que te hace amar mil veces y a veces a la misma persona, lo mejor: es que está en uno, lo difícil: encontrarlo para soltarlo una y otra vez, como el aire que va y viene al respirar, nunca es el mismo, pero siempre pasa por uno